De norte a sur, de este a oeste, somos parte de un nuevo amanecer de lucha y esperanza para nuestra comunidad inmigrante, consciente que la campaña por el derecho de Manejar Sin Miedo es solo un primer paso en el camino hacia la protección permanente. Seguiremos luchando y creando poder popular hasta que ganemos respeto, dignidad y protección permanente para los 11 millones de inmigrantes sin documentos en este país.

Somos padres y madres de familia, hijos, nietos, abuelos, tatarabuelos; nuestro movimiento cuenta con la participación de toda la familia, de los más pequeños hasta los más viejos. Somos una familia grande: ofrecemos cuidado de niños, celebramos juntos, y nos apoyamos mutuamente en momentos difíciles.

El poder popular viene desde abajo hacia arriba, desde adentro hacia afuera y no podemos esperar que venga alguien de afuera o de arriba para hacer el trabajo que nos toca hacer nosotros.  Nosotros como inmigrantes, obreros, padres y madres de familia, somos capaz de liderar nuestras propias campañas. Nos comprometemos a desarrollar nuestro liderazgo, y transmitir esa confianza a nuestro pueblo cuando todavía no reconoce su propio poder y valor.

Ya no podemos depender de los partidos políticos, que por décadas nos han prometido mucho, sin hacer nada.  No permitiremos que los políticos controlen nuestro movimiento; sabemos que cuando el pueblo se empieza a levantar, ellos hacen todo lo posible para controlar y calmarnos. Nos dicen que si ponemos presión, ya no avanzara la propuesta; que tengamos paciencia porque ya pronto lo aprobaran. Pero esas son puras trampas… Leer más —>

Somos conscientes que las campañas locales de #ManejandoSinMiedo requieren toda una ecología de distintas organizaciones  con distintos papeles, y nadie puede hacer todo a la misma vez: algunos se enfocan en proveer servicios, otros se enfocan en escribir pólizas, y otros en organizar marchas masivas. Al entender que distintos grupos juegan distintos papeles, podemos dejar que otros hagan el trabajo de negociar con los políticos mientras nosotros nos enfocamos en el trabajo de crear poder popular.

Este país depende de nosotros, el pueblo inmigrante que trabaja de sol a sol para sacar adelante a nuestras familias. Nuestro enfoque es crear poder popular, porque sabemos que si logramos activar una gran parte de la comunidad inmigrante podemos cambiar la opinión del público en general. Reconocemos que nuestro verdadero poder es ser trabajadores. Sin manos no hay obra, y el dia que decidimos dejar de trabajar, comprar, mandar nuestros niños a la escuela, ganaremos nuestras licencias y tal vez mucho más. La decisión está en nuestras manos. Leer más —>

En Cosecha no hay jefes o presidentes. El trabajo de un líder no es mandar, ni tomar todas las decisiones, sino fortalecer los círculos y apoyar a los demás desarrollar su liderazgo. Nos animamos mutuamente a tomar iniciativa y experimentar con nuevas ideas. Entre nuestros círculos coordinamos para hacer acciones en conjunto, intercambiamos estrategias y nos contagiamos de buenas ideas, pero jamás tenemos que pedir permiso para hacer algo. Cada grupo de Cosecha toma sus propias decisiones. Leer más —>

Nuestra arma es la no-cooperación, y nuestro escudo es la noviolencia. Nuestras campañas requieren la participación de miles y miles de personas en las calles y la noviolencia es el escudo que nos va a proteger. A través de nuestras acciones transmitimos confianza al pueblo. Con tal que sea no-violento, siempre apoyamos aquellos que quieren tomar acciones de más alto sacrificio y extendemos la mano a los nuevos integrantes que todavía tienen miedo o jamás han participado en una marcha.   

Las campañas requieren amor, sudor, tiempo y sacrificio. Como líderes y seres humanos es natural que de vez en cuando nos cansemos; que tengamos que tomar pausas para recuperarnos, atender la familia o el trabajo. Nuestro movimiento tiene mecanismos de sanación y regeneración popular. Creamos espacios para hablar sobre cómo nos sentimos y nos apoyamos mutuamente cuando nos hace falta recuperarnos. Cuando se generan conflictos en nuestros círculos, tomamos el tiempo de hablarlo y resolverlo porque sabemos que si nuestro organismo no está sano, tan poco vamos a poder seguir avanzando.

Nuestro pueblo inmigrante bendice este país con todos los colores, sonidos y sabores de nuestras múltiples culturas. Nuestra música, arte, comida y baile enriquece nuestras campañas y nos da fuerzas para seguir siempre adelante.  

Nuestro movimiento da la bienvenida a todos de diferentes países, etnicidades, géneros, orientaciones sexuales, y creencias religiosas y espirituales.Operamos en los idiomas que le vienen más fácil a nuestras diversas comunidades. También sabemos que la comunidad indocumentada no es la única enfrentando opresión y que este sistema de desigualdad ha estado pasando por mucho tiempo. Creemos que la misión de nuestro movimiento es ser activo en otros movimientos para la igualdad racial, económica y de géneros.

Todo tipo de trabajo tiene valor. A pesar de que somos voluntarios, honramos el trabajo de todas las personas que contribuyen al movimiento. Nuestro trabajo es por el bienestar colectivo de todos y no por ganancias personales o el avance de intereses personales.

Todos los recursos que necesitamos, incluyendo financieros, ya están en nuestras comunidades. Vendemos comida y mercancía para poder ser un movimiento independiente que toma decisiones libremente. Aceptamos recursos siempre y cuando no vengan de entidades que quieran imponer condiciones o controlar nuestro movimiento. Somos responsables con el dinero y no desperdiciamos los recursos que tenemos, porque somos conscientes que la comunidad sacrifica mucho para seguir alimentando nuestro movimiento.